Mr. Fernando Diaz

Fernando was born in New York City in 1982; a beautiful boy, a child God gave me. After seventeen long hours, with intense and profound pain, he came into the world. A gift. A promise. A light. He loved playing basketball. A dreamer who never stopped believing. He loved fashion; always on the cutting edge, sporting brands like Polo, Gucci, Jordans, and Nike. He had style, always sharp, always expressive. He loved to draw. He created graffiti murals with passion and imagination. He was so tender. Always loving. From a young age, he was captivated by beauty: by girls, by women, by life itself. He felt deeply. He lived fully. He was an extraordinary child. He went to Catholic school. And when he turned twelve, he made a decision. He wanted to be baptized. He wanted to go into the water, and I followed him. That day, he guided me. He became someone. He was special, not just to me, but to the world around him. He had a way with his family… so sweet and kind. He loved his cousins and family very much. He worked in construction, UPS, Tsongas Arena, and with Los Ancianitos. He had so much love for the elderly. If he saw an elderly person crossing the street with shopping bags, he wouldn't just watch; he would approach. He would carry the bags. He would offer his arm. He would offer comfort without needing many words. That's what he was: A helping hand. A silent blessing. A child God gave me, who grew into a man the world was lucky to know. Fernando nació en la ciudad de Nueva York en 1982; un niño hermoso, un niño que Dios me dio. Después de diecisiete largas horas, con un dolor intenso y profundo, llegó al mundo. Un regalo. Una promesa. Una luz. Le encantaba jugar al baloncesto. Un soñador que nunca dejó de creer. Amaba la moda; siempre a la última, luciendo marcas como Polo, Gucci, Jordans y Nike. Tenía estilo, siempre agudo, siempre expresivo. Le encantaba dibujar. Creaba murales de grafiti con pasión e imaginación. Era tan tierno. Siempre cariñoso. Desde pequeño, quedó cautivado por la belleza: por las niñas, por las mujeres, por la vida misma. Sentía profundamente. Vivía plenamente. Era un niño extraordinario. Fue a una escuela católica. Y cuando cumplió doce años, tomó una decisión. Quería ser bautizado. Quería entrar al agua, y yo lo seguí. Ese día, él me guió. Se convirtió en alguien especial, no solo para mí, sino para el mundo que lo rodeaba. Tenía una forma de ser… tan dulce y amable. Quería mucho a su primos y su familia. Trabajo construcción, UPS, en Tsongas Sarina y con Los Ancianitos. Tenía mucho Amor para Los ancianos. Si veía a una persona mayor cruzando la calle con bolsas de la compra, no se limitaba a observar, sino que se acercaba. Llevaba las bolsas. Ofrecía su brazo. Brindaba consuelo sin necesidad de muchas palabras. Eso era él: Una mano amiga. Una bendición silenciosa. Un niño que Dios me dio, que se convirtió en un hombre que el mundo tuvo la suerte de conocer.

Mr. Fernando Diaz

January 17, 1982 - June 10, 2025